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sábado, 28 de septiembre de 2013

BREVE


Obsesionado con escribir el microrrelato más breve omitió el sujeto, dejó implicito el verbo, confió en que el lector intuyera el desenlace, prescindió de la coma y el punto para agilizar el ritmo. No le sorprendió que los lectores se quedaran sin palabras.

Francisco Javier Aznar Alarcón

sábado, 21 de septiembre de 2013

CUCARACHAS




Una niña atravesó la acera de enfrente. Contaba cucarachas mirando al suelo.

Extraño juego para una noche de verano, pensé y la dejé ir.
Me sorprendió encontrármela al día siguiente, en otra calle y a la misma hora.
La niña volvió a pasar de largo hipnotizada por sus insectos. Tan absorta andaba tras su procesión de caparazones negros que a punto estuve de atropellarla la noche siguiente, cuando la niña apareció en mitad de la carretera.
No volví a verla en mucho tiempo.
Recorrí cien veces las mismas avenidas, inspeccioné los callejones oscuros, la busqué acurrucada entre los embalajes de cartón y ayer, por fin, respiré al descubrirla en la otra punta de la ciudad.
Anochecía y ya era invierno. Tirité al reconocer su liviano vestido de mangas afaroladas. Los cabellos despeinados le ocultaban el rostro y sus piernas huesudas parecían haberse estirado cinco centímetros.
Esta vez no pude resistirme. Me aposté a esperarla en una esquina y cuando pasó a mi altura, la sujeté por los hombros.
—Suélteme por favor. Voy a perderlas —susurró siguiendo con la vista el último bicho que sorbía la alcantarilla.
—Tranquila. No voy a hacerte nada —le dije. Su cuerpo era todavía más leve en mis manos—. Sólo quiero saber por qué persigues cucarachas. Ella me clavó sus ojos grises. Tenía las mejillas blancas y los labios transparentes.
—Como en el cuento de Hansel y Gretel —contestó—. Sólo que en vez de piedrecitas blancas, puse cucarachas y ahora no encuentro el camino a casa.

De la red
Marcovaldo

sábado, 14 de septiembre de 2013

HERPETOFOBIA



Me miró fijamente. Lo miré, medi sus pasos. No había manera de esquivarle sin tener que tropezar con él; estaba acorralada.  ¡Grité aterrorizada! El ni se inmutó, siguió mirándome con la frialdad que lo caracteriza. Grité, otra vez, esta vez más fuerte. Mi hijo salió corriendo en mi auxilio, y palo de escoba en mano, lo correteó hasta que se perdió por entre la rendija de la ventana.

*Según la mitología gallega los lagartos son enemigos de las mujeres, pues al verlas les produce un enorme dolor de cabeza, por eso las persiguen tenazmente.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA CADENA





Constesté el teléfono, era Carmen, la vecina del segundo piso. Aterrorizada me dijo haber recibido una llamada de su vecina, Gloria, la del tercero, quien a su vez habia recibido una llamada de Eva, la de cuarto, quien recibió una llamada de Miriam, la del quinto, quien le dijo que recibió un mensaje de texto de Petronila, quien vive en el décimo piso, haciéndole saber que unos hombres encapuchados la tenían amordazada y secuestrada. Según Carmen, como yo vivía en el primero, mi misión era cruzar donde el vigilante e informarle de la tragedia. Además como tenía cierta amistad con los hijos de Petronila, avisarles de lo que decía el mensaje de texto. Presa de miedo y nerviosismo, finalmente me pude contactar con Pedro, el hijo mayor de Petronila, quien me dijo que había logrado entrar al dormitorio de su madre y que esta no había sido amordazada o secuestrada por hombres encapuchados, sino que se había tomado una pastilla para la jaqueca que le había causado alucinaciones.