viernes, 25 de noviembre de 2011
DEL CIELO CAYO UNA ROSA
La niña de este cuento es sabichosa e inquieta, se llama Romina. Apenas tiene 5 años de edad y es la más pequeña de dos hermanos. Sabe leer y escribir, y se sabe las tablas de multiplicacíon hasta el seís. Sus pasatiempos favoritos son el dibujo, la lectura y jugar a las escondidas dentro de la casa para asustar a todos en la casa; siempre busca e inventa cosas para llamar la atención. Es muy mimada y querida por todos.
Romina, desea compartir con ustedes algo que le sucedío hace unas semanas.
Como mis padres saben que me encanta leer, un día me regalaron unos libros con ilustraciones a colores. Entre ellos había uno de poesías muy lindas, y cuando lo ví, de inmediato, pensé "¡Mmm! aprenderé unas cuantas poesias para recitarlas a abuelita". Mi abuela, que me adora, me había hablado sobre lo hermoso que es cultivar el arte de la declamación.
Muy emocionada cuento de mis planes a unas amiguitas del vecindario. Ellas, que tenien mucha malicia y no saben de la belleza que hay detrás de la poesia, me animaron para que cambiara las letras de la poesía por una que era muy conocida por ellas. Me dijeron de que ésta haría reir a carcajadas a la familia.
Llegó el dia, y convoqué a mis padres, hermanos y abuelos y empecé a recitar:
Los zapaticos me aprietan
las medias me dan calor
pero el beso que me dió mi madre
lo llevo en el corazón.
Todos muy emocionados aplaudian mis gestos, y el sentimiento con que declamaba.
Del cielo cayó un rosa
una rosa matutina
cuando la fui a recoger
era mierda de gallina
Un silencio arropó la habitación, mis hermanos locos por reirse, prefirieron callar al ver la cara de enojo de mi padre, mi abuela no salía de su asombro y mi mamá no sabia que hacer. Finalmente, papá se levantó y de manera enérgica me anunció que estaría una semana de castigo por decir malas palabras y faltarle el respeto a la familia.
Esta es una anécdota de una seguidora, ella no tiene blog; me lo hizo llegar via email para publicarla.
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Inosencia o maldad, de un niño es dificil de saber.
ResponderEliminarUn saludo.
jajaja, que divertido. Me has hecho recordar una a mi s¡de este estilo y que se la enseñé a mis nietos:) Los niños som¡n espontáneos y muy graciosos.
ResponderEliminarBss y buena semana
Vaya familia rancia.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
PUES ES MUY GRACIOSO!!! no es como para castigar a la pobre niña!!!
ResponderEliminarMarilyn muchas gracias por hacer de mi anecdota de la infancia un cuento muy gracioso, tal y como sucedio en ese entonces... te comento que han pasado los años y aun mi papa es el primero que riendo siempre cuenta la anecdota.
ResponderEliminarse rompió un paradigma,
ResponderEliminarsorprendente,
saludos
Pobrecita .. no se mereció tal castigo.. Dale un besito de mi parte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me encantan estas historias de la niñez, yo hubiera soltado la risa en vez de castigarte, además venían con rima jaja.
ResponderEliminarLos primeros versos lo escuchaba en mi niñez, son de un poeta cubano (José Martí) y me los leían en primaria, así que me gustó doble esta entrada; aunque ya no viva allá.
Un abrazo
Bonita anécdota, aunque exagerada reacción.
ResponderEliminarSaludos.
esas cosas pasan... jeje
ResponderEliminarMUY INTERESANTE : LO QUE HOY ES MALO PASA LUEGO ASER INOFENCIVO , MOTIVO DE CELEBRACION ESOS SON LAS COSA DE LA VIDA QUE NOS HACEN CAMINAR SOBRE LAS HUELLAS QUE HEMOS DEJADO ATRAS .
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