Me miró fijamente. Lo miré, medi sus pasos. No había manera de esquivarle sin tener que tropezar con él; estaba acorralada. ¡Grité aterrorizada! El ni se inmutó, siguió mirándome con la frialdad que lo caracteriza. Grité, otra vez, esta vez más fuerte. Mi hijo salió corriendo en mi auxilio, y palo de escoba en mano, lo correteó hasta que se perdió por entre la rendija de la ventana.
*Según la mitología gallega los lagartos son enemigos de las mujeres, pues al verlas les produce un enorme dolor de cabeza, por eso las persiguen tenazmente.
La sola presencia puede producir terror, en mis caso son las culebras.
ResponderEliminarjajaja, parece una de las escenas que a veces ocurren en mi casa, solo que en esos casos es mi hija la que grita y yo la que sale con el palo de la escoba. Feliz domingo.
ResponderEliminarJajaja! Estupendo, asusta que llegan tan repentinamente que siempre sorprenden!
ResponderEliminarAbrazo!
¡Cuántas veces estamos nosotros más asustados que muchos animales!
ResponderEliminarTodos tenemos alguna fobia respecto a los animales.
Ignoraba el asunto de los lagartos y las mujeres.
Un abrazo.
Marilyn, qué lindo está el Blog!!! me ha encantado. Aquí le llamamos lagartijas. Muchos abrazos, amiga.
ResponderEliminarPobres lagartos, tener que soportar los gritos histericos de las mujeres XD....Lindo relato Marilyn :)
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