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sábado, 21 de septiembre de 2013

CUCARACHAS




Una niña atravesó la acera de enfrente. Contaba cucarachas mirando al suelo.

Extraño juego para una noche de verano, pensé y la dejé ir.
Me sorprendió encontrármela al día siguiente, en otra calle y a la misma hora.
La niña volvió a pasar de largo hipnotizada por sus insectos. Tan absorta andaba tras su procesión de caparazones negros que a punto estuve de atropellarla la noche siguiente, cuando la niña apareció en mitad de la carretera.
No volví a verla en mucho tiempo.
Recorrí cien veces las mismas avenidas, inspeccioné los callejones oscuros, la busqué acurrucada entre los embalajes de cartón y ayer, por fin, respiré al descubrirla en la otra punta de la ciudad.
Anochecía y ya era invierno. Tirité al reconocer su liviano vestido de mangas afaroladas. Los cabellos despeinados le ocultaban el rostro y sus piernas huesudas parecían haberse estirado cinco centímetros.
Esta vez no pude resistirme. Me aposté a esperarla en una esquina y cuando pasó a mi altura, la sujeté por los hombros.
—Suélteme por favor. Voy a perderlas —susurró siguiendo con la vista el último bicho que sorbía la alcantarilla.
—Tranquila. No voy a hacerte nada —le dije. Su cuerpo era todavía más leve en mis manos—. Sólo quiero saber por qué persigues cucarachas. Ella me clavó sus ojos grises. Tenía las mejillas blancas y los labios transparentes.
—Como en el cuento de Hansel y Gretel —contestó—. Sólo que en vez de piedrecitas blancas, puse cucarachas y ahora no encuentro el camino a casa.

De la red
Marcovaldo

7 comentarios:

  1. Encontrar el camino a casa... persiguiendo cucarachas... Dura, muy dura forma de regreso!
    Un abrazo.

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  2. Triste por su realidad, hay muchos niños que no pueden encontrar el camino a sus casas y terminan en la oscura marginalidad...
    Cariños...

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  3. Es una buen re-versión del clásico.

    Muy actual, eso sí.

    Saludos

    J.

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  4. Qué lástima.
    He visto a la niña desamparada y la cara de estupefacción de quien la encontró.
    Besos.

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  5. Me ha encantando el texto, esa sensación de no tener nada, pero no perder la ilusión. Los niños siempre son así, siguen hacia adelante y nunca se rinden.
    Te he encontrado y te sigo.
    Besos.

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  6. Lo tiene verdaderamente difícil. Buen relato, vas creando una atmósfera agobiante para llegar a un final sin esperanza.
    Un abrazo.
    Valverdedelucerna.

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