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jueves, 21 de febrero de 2013
MIEDO
Pensé que, tras pasar interminables años recorriendo estos pasillos, sabía todo lo que hay que saber de mi oficio. Me equivoqué. Creí que no existía ni un solo rincón que no hubiera explorado una y mil veces; que no habría nada que escapase a mi control. Y por ello, me sentía amo y señor de todo lo que hubiese entre estas paredes. De hecho, la oscuridad era mía, la perpetua soledad… incluso el aire viciado y la humedad de catacumba eran mías también. El frío era frío no porque se filtrara por la grieta, sino aquello que dejaba la gélida estela de mis pasos. Y es que los fantasmas somos de condición huraña, y terriblemente celosos de nuestra causa y secreto encierro. Pero ahora, siento que estos sótanos de silencio ya no me pertenecen del todo. Un silencio sólo roto por el sempiterno repiqueteo del agua que se escurre… pero que ahora, cada cierto tiempo, me regresa el eco de otros pasos furtivos. Quién es, de dónde, y cómo vino, no puedo saberlo ni comprenderlo. Porque lo creo imposible. Y aunque no pueda ser, me hace sentir cosas que obviamente ya había olvidado. ¿Acaso esto es miedo?
Hogdson
Uy, a mí me susto sólo leerte. Pero si es un recuerdo, es un recuerdo, incómodo tal vez, pero no creo que miedo. Creo que el miedo se siente cuando se está en la situación presente y no pasada. Digo yo, jejej.
ResponderEliminarsaludos.
No, no es miedo. Tan solo dudas.
ResponderEliminarUn beso.
Bello!!
ResponderEliminarAlgún recuerdo quizás?
ResponderEliminarbesos linda
¡Hasta los fantasmas pueden tener miedo! Un abrazo
ResponderEliminarUn relato muy bonito
ResponderEliminarBesos.
¿Un fantasma invadido en su propio territorio? ¿hay otro espectro intruso que quiere desalojarlo?
ResponderEliminarCuánto enigma que nos dejas, Marilyn.
Un abrazo.
El miedo del fantasma que , al reves de la leyenda , en lugar de dar miedo lo tiene él.
ResponderEliminarCurioso y fantastico relato.
Abrazos ¡¡
El fantasta descubriò su propia esencia...
ResponderEliminarExcelente relato Marilyn.
Abrazos.
Exacto, el miedo nos hace oír y sentir lo que no existe; a no ser que sea otro fantasma.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡indecisión!
ResponderEliminarsaludos
Incertidumbre por los años que lleva siendo fantasma y esta perdiendo sensibilidad.
ResponderEliminarEste relato tiene miga...!
Un abrazo Marilyn.