A rastras, con las uñas descarnadas, escarbaba cada rincón de la habitación. Escuchaba unas fuertes pisadas, que invisibles a sus ojos, lo estremecían. Así permaneció toda la noche; en vela, escuchando y persiguiendo huellas sin imaginarse siquiera que al día siguiente al mirarse frente al espejo su imagen era la de un perro.
Marilyn:
ResponderEliminarQuizá ese perro se llame Samsa y sea de la misma familia de su primo famoso.
¡Qué cosa!, ¿no?
Un abrazo grandote.
A veces, nos sentimos dentro de un cuerpo que no solemos reconocer.
ResponderEliminarMuy bueno!!!
Cariños....
Uf... escalofriante ...
ResponderEliminarUn cálido abrazo
La oscuridad es terrible. Besicos.
ResponderEliminarLas maquinaciones de la noche, en nuestro mundo onírico.
ResponderEliminarUn beso.
Impredecible final.
ResponderEliminarSaludos
David
Pd: He escrito un cuento en mi antiguo blog Cine para usar el Cerebro, se llama "Todos podemos ser gerentes".
Me recordó a la metamorfosis de Kafka.
ResponderEliminarOriginal.
Un abrazo.
Muy muy bueno ¡¡¡
ResponderEliminar"Asustarse de uno mismo" diria yo...
Abrazos .