domingo, 18 de noviembre de 2012
UN EXTRAñO SINDROME
El tren avanzaba a toda velocidad mientras el cubano relataba sus peripecias. Nos contaba que hacía solo tres dias había logrado burlar las autoridades cubanas escapando de la isla junto a otros tres en una balsa. Todos lo contemplábamos con estupor sin despegar la mirada de aquel rostro joven cuyos brazos y piernas aún estaban heridas por el salitre del mar. Parecía una pesadilla de un cuento de ciencia ficción, sin embargo era tan real como las lágrimas que brotaban de sus ojos, y que a todos nos conmovía. Solo uno de los pasajeros, el del cintillo negro y rostro siniestro, que se sentaba en frente, lo miraba fijamente y de vez en cuando soltaba una carcajada. El cubano, continuaba con el relato mirándolo de reojo; su rostro enrojecía de furia, estaba al punto de meterle un pescozón. Por fortuna, nos dimos cuenta de que las carcajadas del extraño pasajero estaban sincronizadas en repentinos estallidos de risa, cada díez segundos una risotada. Era evidente que padecía una especie de tic nervioso, el síndrome de la risa. Pudimos calmar al cubano hasta la parada en que el hombre del cintillo negro se despidió de todos con una risotada.
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Marilyn:
ResponderEliminarPobre hombre, ni quiero imaginar la serie de problemas que habría tenido que pasar, a causa de ese molesto tic nervioso...
No es extraño que tuviera una apariencia siniestra.
Has escrito una historia redonda. Muy bien hecho.
Un gran abrazo.
Es una historia asombrosa. Sé que hay un síndrome con las características que describes o muy parecidas a éstas. No sé cómo se llama, lo ví una vez por la televisión, y las personas que lo padecen tienen muchísimos problemas con los demás y se ven en situaciones muy comprometidas sin ellos buscarlo, claro.
ResponderEliminarFeliz dimingo
He tenido que buscar ese síndrome y resulta que hasta tiene nombre científico, se le relaciona de forma paralela con el del llanto.
ResponderEliminarUn saludo
Eres un genio. Escribes intensas historias en dos palabras. Me encanta, me encanta, estoy muy contenta de seguirte. Besicos.
ResponderEliminarMenos mal que le avisaron que tenian un tic: porque si no se hubiera desencadenado una tragedia.Pobre cubano entre lo mortificado que estaba y encima pensar que se estaban mofando de su relato.
ResponderEliminarMuy bueno Marilyn
Abrazos.
Buen relato como siempre querida Marilyn
ResponderEliminarUn abrazo
y buena semana.
Tiene que ser algo tremendamente molesto tener un tic semejante... y muchas veces provocará malentendidos .. El pobre cubano lo que había pasado y al principio pensando que se mofaban de él .. uf... terrible..
ResponderEliminarMe ha encantado el relato ...
Te dejo un enorme abrazo
dos historias bien contadas. las peripecias de un paisano cubano que como muchos se lanzaron al mar buscando la libertad aunque por esto tuvieran que morir...era preferible estar muerto que vivir como viviamos en cuba... y la otra de un sindrome que a todas luces le debe haber buscado muchos problemas en la vida...
ResponderEliminarbuen relato.
saludos
carlos
un cubano mas en el exilio.