--Samuel, aquí tus 600 locos!-- Exclamó el Director mientras me entregaba las llaves del despacho.
Ese número de expedientes con las características y patologia de cada enfermo me eran ya conocidos, llevaba 30 años trabajando en el Hospital Psiquiátrico. Toda una vida dedicada al tratamiento de mis 600 locos a los que trataba como seres humanos afectados de dolencias tan personal como la personalidad de cada uno. Conocía a la mayoría de ellos, pero ahora como Director el trato sería diferente. Había una idea que me andaba rondando la cabeza y era la de habilitar un salon dónde los enfermos pudieran actuar desarrollándo habilidades artísticas, como cantar, bailar, declamar o cualquier otra actividad que les permitiera realizar sus fantasias. De esta manera podíamos enterarnos de detalles relevantes de sus personalidades, monitorear su progreso y brindarles un rato de sano esparcimiento.
Justamente en una de esas funciones fue que pude apreciar la capacidad artística de la Chica del 17 como entrenos soliamos llamarle. Su expediente era el No. 00017 y su nombre era Colombina Lamarche; ella prefería que le llamaran "Libertad. Era una hermosa y atractiva mujer de unos 40 años. Su esquizofrenia iba "cuesta abajo" tal y como respondía cuando le preguntaban ¿Libertad, cómo estás? Ella respondía, con una bella sonrisa, "¡Cuesta abajo!"
Colombina llegó al hospital acompañada de su hermano cuando ésta tenía 20 años de edad. Según él había escapado de la casa de sus padres y se había dedicado a la "mala vida". Era evidente que había nacido con un encanto muy especial, pues además de tener una hermosa voz tenía a la mayoría de los locos, "locos", valga la redundancia. Colombina vestía en ocasiones un traje negro a media pierna o largo, tenía dos, ya raidos por el tiempo. A veces lucía un tocado bordado en piedras, las que ya apenas brillaban y escaseaban, en otras llevaba el pelo recogido en un moño del cual salian lo que una vez fue un tocado de plumas rojas. Estos trajes los guardaba celosamente en un baúl y escogía uno según su estado de ánimo para deleitar a sus compañeros una vez al mes en las funciones celebradas en el hospital.
En una de esas funciones me acerque a ella para felicitarla por su maravillosa actuacíon. "Soy Samuel, que bella voz tienes, se parece a la de Libertad Lamarque". Ella no respondió, sino que sus ojos se iluminaron, como si estuviera viendo un espejismo. No era de extrañar, según su historial siquiátrico, la raíz de su demencia fue causada porque un enamorado, de nombre "Samuel" que la habia abandonado diciéndole que por quien estaba fascinado era por su padre no por ella. Colombina, se encerro en si misma y desarrollo una conducta inestable y violenta.
Desde ese día en que la escuche interpretar canciones de Libertad Lamarque con aquellos atuendos raídos por el tiempo y con tanto sentimiento se despertó en mi un extraño sentimiento de nostalgia. En ese momento no sabía si era porque una de mis interpretes favoritas era Libertad Lamarque o porque habia sido deslumbrado por la belleza y la capacidad artística de Colombina. Al parecer, algo semejante había ocurrido en su corazón. En su delirio y fantasia a veces me veía como a Samuel, el amor de su vida, su principe azul, a quien le cantaba hermosas canciones. En otras, Samuel era el mismo demonio en contra de quien luchaba ferozmante y a quien lanzaba todo lo que tuviera a su alcance.
Colombina quedó atrapada en un sueño del que no despertara jamás. Ese sueño de ser la famosa inteprete y actriz, Libertad Lamarque, que una vez nos deleito con canciones como 'Cuesta abajo", "Loca", "Colombina" y muchas otras más. Yo seguiré siendo el "Samuel", principe azul, protagonista de un amor platónico correspondido quien le lleva flores después de cada actuación.
sábado, 28 de enero de 2012
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Quizás de alguna manera todos vivamos como atrapados en un sueño, la diferencia es que este sueño es compartido por muchos otros; Realidad puede que sea una fantasía con mayoría de adherentes.
ResponderEliminarUn abrazo, muy amena la historia, gracias por compartirla.
Pd: Y gracias por el tango
Sueños y realidad que se tocan en un punto. Donde empieza la realidad? Y donde termina el sueño?
ResponderEliminarMuy linda historia.
Gracias :)
Es impresionante esta historia. Todos también tenemos un sueño inconfesable que vivimos en soledad, sin que nadie lo sepa. Feliz domingo, Marilyn
ResponderEliminarLa historia me ha gustado, pero mucho más que hayas incluído el magnífico tango, ya que soy una gran admiradora de Lebertad Lamarque.
ResponderEliminarEspero que no sea la última canción que pongas de ella.
Un beso
Que bueno que Samuel la entienda!
ResponderEliminarBesos
Buena historia, el relato es muy ameno.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Abrazos.
muy interesante e ingenioso
ResponderEliminarsaludos
lo extraño y patético de los sueños de los locos es que probablemente siempre queden ahi flotando en ese limbo, con mínimas probabilidades de realizarse
ResponderEliminarme gustó mucho esta historia
un beso
Triste si...
ResponderEliminarUn saludo.