Era un caluroso domingo, 14 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María. Nos encontrábamos sentados en la glorieta del parque a la espera de las campanadas que nos avisarían cuando empezaría la misa. A la tercera campanada nos levantamos y cruzamos la calle donde se encontraba la iglesia San Felipe Apóstol. Como era día de precepto la iglesia estaba repleta de feligreses, pero afortunadamente encontramos asientos en la tercera fila, a mano izquierda cerca del pulpito. La iglesia estaba de fiesta y una mezcla de incienso, mirra y nardos impregnaba el ambiente. El retablo con la sagrada imagen de Cristo en la cruz exhibía frondosos arreglos florales de lirios y claveles blancos. El altar vestía dos manteles blancos de lino, uno que tapaba la mesa y el otro, largo, que colgaba de los 4 lados con encajes en la orillas, los clásicos cirios de cada lado de la mesa, el misal, el copon y el cáliz, todo cuidadosamente colocado. A mano derecha, la estatua de la Virgen María, coronada con rosas multicolor y ataviada con un manto celeste bordado en perlas y canutillos plateados,y a mano izquierda del altar se encontraba el ambon o pulpito de madera también adornado con rosas y claveles blancos. El canto de entrada, "Que alegría cuando me dijeron..." daba inicio a la solemne ceremonia que seria en esta ocasión ofrecida por un sacerdote de la capital. Llegado el momento del sermón, nos pusimos de pie en señal de reverencia ante la palabra de Dios, e hicimos la señal de la cruz. El sacerdote nos indica que podemos sentarnos para escuchar la palabra de Dios. De repente se escucha un galopar, un trotar que viene desde la entrada de la iglesia hasta el pulpito. Un hombre, andrajoso y despeinado trata de arrebatarle el micrófono al sacerdote.
-¡No!, escúchenme a mi, yo tengo la palabra de Dios", dice gritando.
El sacerdote,livido, blanco como un papel, lucha con el hombre hasta que vienen dos feligreses y se lo llevan. El padre trata de reponerse para continuar con la homilía. Tuve que hacer un esfuerzo por no reírme, y evite las miradas de otros feligreses que al igual que yo se encontraban inquietos ante lo sucedido. No pasaron ni diez minutos, cuando otra vez, se escucha el corre corre. El hombre regresa esta vez con más furia empujando al sacerdote y logra quitarle el micrófono. El párroco de la iglesia quien lo conoce,le dice en voz baja:
-John, cálmate, ven siéntate aquí a mi lado para que escuches lo que el sacerdote tiene que decir. Dame el microfono, si permaneces tranquilo sentado junto a mi, no te sacare de la iglesia, te lo prometo.-
Se escuchaba el cuchicheo de los feligreses, pues ya nadie podría escuchar el sermón con la serenidad y solemnidad que el caso ameritaba, creo que muchos estábamos nerviosos. Después que el sacerdote hubo terminado el sermón, vinieron dos hombres corpulentos y retiraron a John del lugar. La misa termino, y todos nos reíamos del incidente a la vez que un dejo de tristeza nos invadía por no saber del paradero de aquel pobre infeliz.
John Smith, como le llamaban, era norteamericano, había sido marino mercante, llego al pueblo hacia 15 anos. Sin familiares, ni amigos, y sin hablar el idioma, empezó a consumir drogas y enloqueció. Era un loco manso, maniaco depresivo, un día estaba lucido y otros días le gustaba insultar a la gente. Vivía y comía de la caridad, y se la pasaba mayormente sentado en el parque. En una oportunidad una amiga me lo presento, y estuve hablando un rato en ingles con el. Luego me entere que un influyente medico del pueblo estaba haciendo gestiones con la Embajada Americana en la capital, para que John regresara a los Estados Unidos.
Siempre me ha quedado la incógnita de saber que querría decir John Smith aquel día en la iglesia. Aquí los dejo con esta reflexión:
Los Locos dan festines
Y los cuerdos son invitados
Los locos viven inventando mundos
Y los cuerdos viven en mundos inventados
Los locos crean castillos
Y los cuerdos los habitan
Los locos son mitad cielo mitad tierra
Y los cuerdos son solo tierra
Los locos son personajes
Y los cuerdos actores
Los locos son poesía
Y los cuerdos redactan
Los locos son la pintura
Y los cuerdos solo pintan
Los locos viven en muchos mundos
Y los cuerdos solo viven en la tierra
Y los locos se sienten libres
Y los cuerdos......los encierran.
http://www.nuestraedad.com.mx/loslocosdanfestines.htm
viernes, 20 de agosto de 2010
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