Ayer mientras conversaba con unos amigos sobre la Ley de Atracción, vino a mi memoria un relato infantil que me impresionó mucho cuando lo escuché por primera vez. Este cuento, escrito por el famoso escritor peruano, Ciro Alegría, dice que hubo una vez, cuando en el mundo no habia variedad de males, el Diablo andaba con su costal a cuestas vendiendo males en la tierra. La gente compraba éstos males para hacerse daño entre ellos. El muy diablo había triturado los males convirtiéndolos en polvo de diversos colores y los había empaquetado en atractivas cajas. Recorría todos los pueblos y los vendía. Ahí, en su costal cargaba las cajas con: la miseria, la enfermedad, la avaricia, el odio, la opulencia, la ambición, la gula, no faltaba mal alguno. Entre ellas había un diminuto paquetito de color blanco que era el desaliento. La gente pagaba mucho dinero por la ambición, la avaricia, la opulencia y todo lo demás; pero aquél paquetito con polvito blanco lo miraban, mas nadie le hacía caso.
"¿Qué es, pues, éso?", preguntaban por mera curiosidad. Y el Diablo se enojaba más cuando le preguntaban "¿Cuánto?", y el Diablo respondía: "Tanto". Y era pues un precio muy caro, más caro que el de toditos los paquetes, por lo que la gente se reía diciendo que por ese paquetito tan chiquito que no contenía gran mal no iban a pagar tanto. La gente insultaba al Diablo y le acusaban de ser muy diablo por quererlos engañar y el Diablo tenía más rabia viendo como la gente no pensaba.
Y asi vendió todos los males, pero nadie quiso compra aquel paquetito, porque era chiquitito y el desaliento no era gran mal, y el Diablo decía: "Con éste, todo; sin éste, ni uno" y la gente más se reía pensando que el diablo se había vuelto zonzo. Entonces el Diablo, riéndose como el mismo Diablo, dijo: "Esta es la mia" y echo al viento aquel polvo para que se fuera por todo el mundo. Desde entonces, todo los males fueron peores por ese mal que voló por los aires y enfermó a todos los hombres. Sin el desaliento ningún mal podría pescar al hombre...Si es afortunado, o poderoso, pero cae desalentado por la vida, nada le vale y el vicio empuña... Si es humilde y pobre, entonces el desaliento lo pierde mas rápido todavía... Así fue como el Diablo hizo mal a toda la tierra. Es así como está en el mundo, donde a algunos más, otros menos siempre nos llega y nadie puede ser bueno de verdad, pues no se puede resistir, como es debido, la lucha fuerte del alma y el cuerpo que es la vida. Y concluye Ciro Alegria, con este mensaje: Niños del mundo: que el desaliento no empuñe vuestros corazones.
El desaliento proviene de la violación a la Ley del Perdón. Si no perdonamos a los demás y a nosotros mismos, jamás podremos adelantar en lo espiritual ni en lo material. El logro de la prosperidad y la abundancia en la vida muchas veces va a depender de como eliminamos viejos rencores y odios. El odio y la sed de venganza se van acumulando y nos envenenan el espiritu y por ende caemos en el desaliento. No en vano Jesus dijo: "anda reconciliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tú ofrenda". De este lado del cielo donde vivimos es difícil perdonar; pero con el amor de Dios se puede tomar la decisión de bendecir al enemigo en vez de maldecirlo. Por qué remar en contra de la corriente cuando podemos ir con la corriente a nuestro favor. Tanto la Ley de Atracción como la Ley del Perdón nos devuelven conforme lo que llevemos en nuestro corazón.
http://www.scribd.com/doc/28328583/Fabulas-y-Leyendas-Latinoamericanas- pags-69-71
lunes, 10 de mayo de 2010
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