Ernesto no dormía, no se estaba quieto. Se paraba, se sentaba, recorría la estancia tres y cuatro veces en un mismo día; aseguaraba que en el sotano de la vieja casona se escondía el hombre que quería matarlo. Nadie le creía, hasta que un día una bandada de cuervos se disperso ante el contundente sonido de un disparo, entonces la multitud corrió, pero ya era tarde, el otro Ernesto, el del sotano, estaba muerto.
Terrible! Qué soledad tan dolorosa rodeaba al pobre Ernesto. Bueno, a ambos Ernestos.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo!
Corto pero intenso. Mereces un premio.
ResponderEliminarPor eso no dormía... me hiciste acordar del Psicoanalista.
ResponderEliminarBuen minirelato. Intenso en sí mismo hasta vencer a los miedos.
Saludos
Carlos
Impactante, corto y muy bien hecho. Un abrazo
ResponderEliminarSin duda somos nuestro por enemigo porque nos conocemos tal y como somos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya que es impactante, somos nuestro pero enemigo
ResponderEliminarBesos Marilyn, es excelente
Se me ocurrió que el Ernesto del sótano mató a Ernesto y ocupó su lugar...
ResponderEliminar¡Me gustó mucho!
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTenía razón.
ResponderEliminarSaludos
David
En tan corto relato se vislumbra toda una historia.
ResponderEliminarMuy bueno Marilyn.
Marilyn:
ResponderEliminarMuy buena vuelta de tuerca al tema del bien y el mal que nos habitan.
Como el Dr. Jekill, pereció para destruir a su enemigo interior.
Te felicito.
Un abrazo grandote.
con sólo ver la casa se adivina la angustia del uno y la incertidumbre de si existirá el otro!!
ResponderEliminarun beso
Contundente relato, cuando ronda la doble personalidad siempre uno trama algo contra el otro....
ResponderEliminarAbrazos y buen fin de semana.
¡Muy bueno! Cariños, Lou
ResponderEliminarEl enorme poder de la soledad que repercute a veces en la mente... Lamentablemente en ocasiones así sucede ... Triste pero me ha gustado mucho
ResponderEliminarUn abrazo