Nunca se supo como ocurrió, pero repentinamente y sin que mediara situación alguna que lo provocara, trozos de su espeso pelaje empezó a caer por doquier. Quedándose lampiño y sin cola, se incorporó dejando atrás su postura animal. La ferocidad de sus facciones toscas y las negras pezuñas se suavizaron tomando aspecto humano. Miró la luna llena que parecía un queso amarillo colgando del firmamento y corrió tras ella por la espesura de la inhóspita selva.
La historia del lobo-hombre.
ResponderEliminarUn beso.
Sin dejar nunca de aullar. O, como le dicen los hombres, hablar.
ResponderEliminarSaludos
J.
Huyyyyy,
ResponderEliminarMarilyn, es de noche y vengo a leerte y me da escalofríos....
Eres una sabia para los misterios.
Un abrazo fuerte.
Es el paso del lobo al hombre, pero aun le quedan restos de su pasado de hombre-lobo corriendo detrás de una luna llena.
ResponderEliminarUn saludo.
Solo que al rato se convirtió en mono. Vamos para allá otra vez.
ResponderEliminarSaludos.
Y le duró la "desnudez" hasta que salió el sol...
ResponderEliminarUn beso.
¡Pobrecito se quedo sin pelo!
ResponderEliminarSeguro que pasó frio y calor a la vez...cubierto el cuerpo es más saludable.
Un beso Marilyn