La lluvia había sorprendido a Ana en multitud de ocasiones, pero nunca antes había visto caer del cielo a hombres, mujeres y niños. Así que, sorprendida por el fenómeno y temerosa de que alguien se le cayera encima y le abriera la cabeza, decidió encerrarse en casa.
Solo cuando la lluvia cesó, ella se atrevió a salir al jardín, donde se encontró con un hombre dormitando en el suelo. Ana, imaginando que debía estar hambriento, le invitó a merendar y, más tarde, también a cenar. Tiempo después, y ya convertidos en marido y mujer, Ana siempre explica que, un día, el amor le llovió del cielo.
de la red
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Y fueron felices por siempre... Unos buenos deseos nunca caen por de más, jejeje!
ResponderEliminarBesitos de anís!
jajajaja... ojalá fuera así de poético y de fácil: te quedas en casa esperando a que escampe, y cuando sales, ahí está tu hombre que te ha llovido del cielo. !Qué pasada, ¿verdad?!!!!
ResponderEliminarMil besitos gordotes
¡Qué bueno! Nunca mejor dicho. Feliz semana. Un abrazo
ResponderEliminarBueno, de algún lado tenía que salir esa cosa tan rara...
ResponderEliminarSaludos
J.
Es conocida la expresión "como caído del cielo", algo que se cumple. En realidad, cada día nos caen encima personas de todo tipo, con algunas nos quedamos o entablamos relación, y si ésta sale bien agradecemos la lluvia y agradecemos al cielo.
ResponderEliminarUn saludo.