Confundido entre la multitud, saboreando su proeza, Mateo contempla el muñeco mientras un niño del barrio exclama "una monedita pa'l Juda". Todos en el barrio contribuyeron con ropa y papel diario para su construcción, él con la cabeza. Para el pueblo era la quema de Judas Iscariote para Mateo un ajuste de cuentas.
¡¡Claro!! que se podía esperar, era un niño, al final todo se paga.
ResponderEliminarUn abrazo
Marilyn, qué bueno que hayas vuelto y nos regales otra de tus microficciones, con esa mirada sutil que te caracteriza.
ResponderEliminar¡Feliz año y un abrazo!
Lo siento, no lo entiendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno. Yo también recuerdo esa costumbre de "quemar al Judas" en la plaza, hace ya muchos años. Hoy eso se ha perdido por completo. Un abrazo
ResponderEliminarJuego de niños
ResponderEliminarBesos
Un juego del que siempre hemos sabido y ahora al leerlo en tan pocas palabras me ha parecido terrible.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo :)
Marilyn:
ResponderEliminarNo conozco ese ritual, dupongo que es una festividad cristiana, o algo así.
Un gran abrazo.
La quema del muñeco, del "judas kai" (quemado) es un ritual muy popular que se realiza en la fiesta de San Juan Bautista, (24 de junio) en Paraguay.
ResponderEliminarSaludos y abrazos querida Marilyn.
Asi es, en varios pueblos de America Latina y España se construye un muñeco de papel y ropas viejas. Representa a Judas, quien traicionó a Jesus. Los niños (una monedita p'al Judas) y adultos recolectan dinero para celebrar la quema de Judas comprando fuegos artificiales y demás. En este cuento breve, Mateo observa atentamente el ritual, ya que el proporcionó la cabeza del muñeco. (era una cabeza real, de alguien a quien él asesino en un ajuste de cuentas)
ResponderEliminarUn ritual bastante aterrador, por cierto, puede ser la base de muchos textos de terror.
ResponderEliminarMe gustó, si señor.
Un abrazo.
HD