Sumido el páis en una crisis económica y social sin precedentes, la multitud enardecida se agolpó en la entrada del palacio de Gobierno; vociferaba a voz en cuello improperios exhibiendo pancartas y agitando banderines y pañuelos blancos. Desde el balcón, el mandatario con la parsimonia que lo caracterizaba, ofreció pan y toro, pan y fútbol, pan y juergas. La multitud visiblemente emocionada cambio las consignas por eufóricos gritos y aplausos.
muy comun en los politicos
ResponderEliminarsaludos
Carlos
Al pueblo pan y circo y que siga la fiesta
ResponderEliminarBesos Marilyn
Fíjate si es antigua esta forma de calmar a las masas.Pan y circo pero...al final hambre.Porque mientras el pueblo o el populacho se distrae la clase política hace y deshace a su antojo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, pero según mi experiencia siempre fuimos la mitad menos uno los que tenemos un gobierno que no queremos.
ResponderEliminarAbrazos querida Marilyn.
¡Por qué será!?
ResponderEliminarNo estoy muy seguro que ya cuele, de todos modos lo están intentando.
ResponderEliminarUn abrazo
Ocurre desde tiempos inmemoriales y parece que la humanidad aprende demasiado lentamente, se conforma...
ResponderEliminarMarilyn un texto que cabe a muchos países hoy en día
Saludos
Una pena si alguien sigue creyendo aún en ellos..
ResponderEliminarUn abrazo