Cada vez que uno de los zapatos se atascaba entre las ranuras de la desnivelada y estrecha acera que dividía una tumba de la otra, el cuerpo de Mildred se zarandeaba provocando que los huesos que se encontraban en la pequeña caja se zangolotearan. "¡Crack, crack!"- crujían. Mildred se estremecía cada vez que escuchaba el sonido. Se le hacía muy difícil asimilar la cruda realidad; tener que cargar con los huesos de su padre de un nicho a otro. Nadie podía hacerlo solo ella. Su condición de hija única y la significativa suma de dinero exigida por las autoridades del cementerio para la exhumación y posterior traslado a otro nicho en otro pueblo era incosteable para ella.
Después de mucho caminar llegó al nicho dónde se colocaría la cajita con los restos. Un sepulturero y dos ayudantes cerraron la cavidad con cemento. "Descansa en Paz"- musitó Mildred- despidiéndose nueva vez de su padre. Permaneció ahí un rato pensativa, inmovil recordando momentos felices de su infancia. De repente, de la nada un cardenal rojo se posó en una de las ramas del arbol que daba sombra al nicho. "Chip, chip". Mildred se quedó mirándolo extasiada y el cardenal también. Esta ave era la favorita de su padre.
Inútil buscar razones para la sinrazón.
ResponderEliminarQue sea un homenaje para su padre.
Fuaaa! Fui el primero en tus dos blogs ¿Que me gané? ...
Abraxos
Puede que en vida tuviera algún tipo de relación con esa hermosa ave, por ello, fue a despedirse de un viejo amigo.
ResponderEliminarEste relato tiene un sabor...¿agrudulce? que me encanta. Pese a lo "tétrico" de ir con los huesos de su padre de un lugar a otro, el final es muy dulce. Un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buen relato, transmite esas cosas inexplicables que nos regala de vez en cuando la vida.
ResponderEliminarBeso
Un final inesperado para una historia con la que algunos han lidiado.
ResponderEliminarMe gusta que finalice con una esperanza.
Un beso.
Bellisimo, emocionante
ResponderEliminarno queda mas por decir, gracias
Cara Marilyn
ResponderEliminarSupiste perfectamente amalgamar los diferentes elementos en este relat; es un microcuento que tiene unas frase de comienzo que le imprime atracción, el desarrollo estupendo va resaltando los momentos y los datos, y el final que despierta una situación inusitada. Corona, alegra y cierra lo tétrico del relato.
Gracias por regalarnos tus palabras.
Un abrazo
Mágica historia.
ResponderEliminarSaludos
David
Me haces traer al presente fragmentos pasados niña, es emotivo, en el instante que vienen sus recuerdos y alegrías por lo vivido con su padre se posa en las ramas su ave preferida, muy emotivo linda.
ResponderEliminarBesos Marilyn
Te superas cada día, me ha parecido un relato fascinante con un final sorprendente, muy bien acabado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marilyn:
ResponderEliminar¡Qué hermosa historia!
¡Cuánto has dicho en tan pocas líneas!
Son las pequeñas cosas las que más estremecen el alma.
Para mi gusto, este relato te ha salido perfeccto.
Un beso.
qué curioso,
ResponderEliminarqué bonito además
saludos
Es la magia que esconden los cuentos, la interpretación de quien los crea hace estos milagros.
ResponderEliminarUn beso.
No es que tuviera que trasladar los restos constantemente. En muchos cementerios los nichos son temporales, se compran por 10 años. Los familiares, o disponen del difunto o el cementerio lo hace. En este caso Mildred, compro un lote en otro pueblo para enterrar a toda la familia.
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