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sábado, 17 de marzo de 2012
UN EXTRAñO DON
Cuando me tendió la mano y levanté la mirada para ver su rostro sentí una extraña sensación. "Mi más sentido pesame", dijo, con voz ronca y siguió estrechándo la mano al resto de la familia que estaba sentada en los primeros bancos de la iglesia. Ya mi abuela me lo había descrito; aspecto lúgubre, delgado, pelo negro, tez morena, nariz aguileña, traje negro, pantalón gris y zapatos de charol. "Cuando lo veas saludando a los familiares del difunto, sabrás que es "Chochueca, me advirtió.
Bienvenido Martinez era su nombre verdadero, pero como en los años 30's vendía chochuecas (tortas de harina frita) en el pueblo lo llamaban así. Se comentaba que Chochueca poseía el don de identificar a quienes estaban apunto de morir, por lo que su imagén estuvo siempre ligada a la muerte. Era una especie de pájaro de mal aguero; el solo hecho de verlo era un presagio de algo fatal. Siempre atento a las esquelas mortuorias, no era extraño verle, visitando a amigos y familiares del difunto para ofrecerles su condolencias. También era una forma de generar algun ingreso económico pues generalmente por este servicio los deudos le daban alguna propina.
Una de las cualidades de las que gozaba "Chochueca" es que era muy servicial. El primero en acudir a la iglesia o funeraria, abrazar a los deudos y brindar el café. Una vez terminado el acto, ayudaba a recoger las sillas, las coronas de flores, y se llevaba el hielo que se ponía debajo del feretro para prologar la descomposición del cadaver. Nadie sabía a ciencia cierta que hacía con el hielo, pero se comentaba que lo vendia a quienes vendian, frío-frío ( conos de hielo molido con jugo de diversos sabores). Chochueca vestía muy bien. Usualmente después de los nueve días de rezos se presentaba en la casa de los familiares del difunto para recoger la ropa que éste había dejado. Frecuentemente, se le veía recorrer las calles vistiendo trajes y zapatos de marca.
Así se presentó "Chochueca" en mi casa, a las pocas semanas del entierro a recoger las ropa de mi abuelo y cualquier otro cosa que buena mente pudieramos darle. Pasaron muchos años, desde que lo ví por ultima vez, luego me enteré que falleció. Un personaje que se echó mucho de menos por poseer un don tan extraño.
Un personaje muy siniestro ese Chochueca.
ResponderEliminarUn abrazo. Marilyn
Algo así como un cuervo...
ResponderEliminarHice mala relación con Chochueca, no con el relato que está muy bueno.
Un abrazo
Cerca de casa Hay un vendedor de tortas de harina al carbón y de cara está que ni te cuento, Ahora pasare por la vereda de enfrente y de comer torta no más.
ResponderEliminarEstas invitada a:
Un roce entre los labios
http://nidaeldore.blogspot.com
Un abrazo
Hola Marilyn, me gusto tu entrada, decime es verdad que existió este siniestro personaje Chochueca?, te felicito por la gran capacidad de crear un relato.
ResponderEliminarGracias por la visita, me tendrás seguido por éstos lares, un gran abrazo, te sigo.
Si, Chochueca existió y lo conoci. Era famosa en la ciudad de Santo Domingo.
ResponderEliminarAh que hombre tan peculiar y en cierta forma siniestro, es verdad. ¡Imagínate el frío- frío, después de es!. Muy buen relato. Un beso.
ResponderEliminarUn personaje siniestro.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el retrato que has conseguido de Chochueca, un personaje peculiar y siniestro. Felicidades.
ResponderEliminarHola Marylin!
ResponderEliminarQue personaje más curioso.Pero si lo miramos desde un punto de vista práctico.Era un encanto de hombre, porque al fín y al cabo era de una gran utilidad para esos momentos que casi todos estamos tan desconcertados por la pérdida de un familiar o ser querido.Se podía decir que era un poco"trapero", ya que recogía las cosas que nadie quería o necesitaba...
Bellísimo relato.
Un fuerte abrazo:)
Peculiar historia... ¿Así que de verdad existió? MUY buen relato!!! Un beso grande y me quedaré por aquí.
ResponderEliminarahora vivimos tranquilos, pues no se cruza en nuestras vidas,
ResponderEliminarsaludos
Mis saludos afectuosos, estimada Marilyn:
ResponderEliminarSí, querida amiga, conozco bien la historia y también al fúnebre personaje; si bien no sabía por qué le llamaban Chocueca (gracias a tu excelente relato ya lo sé. A mí también saber de la existencia real de tal personaje, y su "tan extraño don", me causo cierto tipo de escozor.
Me encantó el relato, compatriota y colega Marilyn. Recibe mis más fraternales abrazos.
No dejaría de dar escalofríos encontrarse con él, por si acaso, aunque por otra parte era un personaje servicial y muy peculiar.
ResponderEliminarUna historia muy interesante.
Un saludo.
Pues enfín Marilyn, eso de echarlo de menos, no sé, no sé... !que quieres que te diga, con ese don, mejor lejos... es que da yuyu!
ResponderEliminarUn relato intenso y evocador
Mil besitos gordotes
waaaa eso del hielo me hizo acordar a un tipo de México que mató a su amigo y lo hizo tamales.
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