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sábado, 10 de diciembre de 2011

REENCUENTRO

mirror



¡Allí estaba la casona, intacta, de inigualable belleza, imponente! Su proximidad a las aguas verdi-azules del mar la hacía parecer como si estuviera enclavada en el centro del Mar Caribe. Pronto, entré en un espeso bosque de cocoteros y almendros que me llevaron a un portón. Lo empujé fuertemente y sin querer arranque una enredadera de hiedra que se aferraba a la superficie del poste; suspiré con cierto dejo de tristeza refugiándome en los recuerdos de mi infancia.  Miraba a mi alrededor, cuando un abejorro  interrumpió mi pensamiento y volando de entre el rosal, me dio la bienvenida.
Regresar aquí, me causaba nostalgia, una extraña sensación, como quien acaba de encontrar a alguien que había estado buscando durante largo tiempo, como si....., no sé, imposible de explicar.
Abrí la puerta principal y entré a la sala, allí estaba el majestuoso reloj antiguo de péndulo, que tímidamente marcaba las tres. Las cortinas de terciopelo rojo contrastaban con los muebles, que tapizados en un finísimo brocado, aun conservaban todo el esplendor de la época. Sobre el mantel de hilo bordado   del comedor reposaba un esplendido arreglo de rosas y azahares. Un ritual que mi madre jamás abandonó, las recogía del jardin, hasta el día antes de su muerte.  Todo estaba intacto, cuidadosamente decorado, impecable, tanto así, que hasta el piano de cola parecía tocar solo. La música me involvía por completo y mi cuerpo se movia al compás de la melodía. Cuando vine a darme cuenta estaba delante del espejo de bronce labrado. Levanté la mirada, me asusté.  ¡Increible!  La imagen que el espejo reflejaba era la de una niña de tez pálida, pelo largo, rubio, y ojos pardos. Vestía un traje color rosa satinado finamente adornado con arandelas de tul, y zapatos de tacones. La miré....Me miró... en un silencio interminable...... Súbitamente, me animé a preguntarle, ¿Eres?

...¡Quien sabe si esta otra mitad de la vida en que creemos estar despiertos no es
sino un ensueño, un poco diferente del primero, del que despertamos cuando creemos dormir! Pascal

8 comentarios:

  1. Muchas veces converso con mi niña interior, pero el espejop jamás me devulve su imágen, Todo lo contrario me recuerda el paso de tiempo.
    Esa niña se crio a orilla del mar Caribe y siempre la recuerda envuelta en espuma de mar.
    Bss
    Hablando de muñecas te dejo una reflexión mía, por te apetece leerla.(con total libertad)

    http://katy-tocandootrospalillos.blogspot.com/2011/05/munecas-rotas_14.html

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  2. Querida Marilyn:

    Sigo una a una cada entrada que publicas porque todas me gustan. Pero ésta en especial me re-gusto. Tu entrada a la casa, como la presentas, el piano, el espejo. Todo.
    Dicen que por cada palabra que leemos el cerebro coloca ordenadamente su imagen visualizada. Este texto produce una sucesión de imágenes como extraidas de un film.

    Una vez más: Me re-gustó

    Tamally maak

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  3. Veo que puedes entrar en la casa de ayer, vivir, sentir,oir y soñar. Privilegio que te regalas.
    Es bueno volver y bello disfrutar y volver a sentir.
    Un beso, muy buena entrada.

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  4. Puedo decirte que mi niña interior es salvaje y bella en su inocencia...me gusta mucho mirarme en ella
    Besos

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  5. Está muy bien narrado el acercamiento a la casa, en su interior hasta llegar al espejo, en que se nos aparece reflejada una época ya pasada, nuestro interior de la niñez y que nos cuesta olvidar.
    Un saludo.

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  6. ¿quien lo sabe?
    tal vez todo es un sueño
    buena entrada
    saludos

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  7. ...interesante reflexión y a menudo me hago , si te diré que antes de cerrar los ojos al dia en la noche nunca sé de cierto abré despertar...un abrazo MARILYN.
    j.r.s.

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  8. Hola guapa, todo puede ser un sueño, a veces demasiado soñado otras sin encambio nada soñado...la parcialidad suele ser el término medio...
    Gracias por este bello relato amiga, un placer estar aquí, pasa buen día, besos soñados...o parciales..

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