Eduardo Galeano
Un dia..
Un día que estaba en el zoológico, ví a una abuela con su nieta, cuyo rostro estaba salpicado de "pecas rojas y brillantes"...
Los niños estaban esperando a que un artista pintase sus caritas con patitas de tigre.
-Tú tienes tantas pecas que él no va a tener donde pintar- le grito un niño de la fila en tono burlón.
La niña bajo la cabecita ... la abuelita se agachó y le dijo:
-Adoro tus pecas...!
-¡Pero yo las detesto! -respondió la niña
-Cuando yo era niña, siempre quise tener pecas- le dijo, pasando el dedo por la cara de la nieta.
- ¡Las pecas son tan bonitas!
La pequeña levantó el rostro:
-¿Tú crees que lo son?
-Claro,dijo la abuela. ¿Quieres ver?
Dime una cosa más bonita que las pecas.
La pequeña, mirando el rostro sonriente de la abuelita, respondió:
-¡Las arrugas!
Aquel momento me enseñó para siempre que si vemos a los otros con ojos llenos de amor, sólo veremos belleza en ellos porque el cariño tornará invisible cualquiera de sus defectos.
Mark Twain
martes, 1 de marzo de 2016
En los vaivenes del Mundo
Eduardo Galeano
lunes, 4 de enero de 2016
jueves, 24 de septiembre de 2015
DE REGRESO A CASA!
Queridísimos amigos: Los he extrañado! Por eso estoy de regreso para compartir mis escritos y disfrutar de los suyos.
martes, 23 de diciembre de 2014
FELIZ NAVIDAD!
Que la estrella de la Navidad ilumine nuestras vidas, traiga a nuestros corazones amor y esperanza y dibuje en nuestros rostros la alegría del amor. ¡Feliz Navidad!
sábado, 12 de julio de 2014
MODORRA
Incontables veces sonó la alarma del celular, antes de que aquel hombre decidiera levantarse. Aplazando durante cinco minutos, y otros cinco y cinco más, muchos más. Llegado cierto momento, el hombre se puso de pie y fue al baño. Al abrir la puerta, se encontró con que sólo había oscuridad. El cuarto de baño había desaparecido. Contrariado, miró hacia atrás; y atrás, donde hace segundos había estado su habitación, también era oscuridad. Intentó mirarse las manos. No estaban. Estúpidamente, intentó palparse el rostro y las piernas; intentó hablar. Consideró que todo era un error y que aún estaba en su habitación. Reclamó y lanzó improperios. Intentos fútiles y absurdos reclamos. Ya no había rostro ni cuerpo, no había voz ni habitación. Ya no había tiempo.
Oscar M.
sábado, 5 de julio de 2014
EL GATO PARDO
Desde mi escondrijo veo y escucho como él, supuesto a defender el pueblo, grita a voz en cuello instando a la gente para que marchen y mueran luchando, si fuera necesario, por el "cambio definitivo". Veo a los hombres, mujeres, jóvenes y ancianos creyendo las mismas mentiras, la misma demagogia y las mismas promesas incumplidas.
Mi amo solía decir, citando a Lampedusa en Gatopardo "algo tendrá que cambiar para que nada cambie". Fuegos de artificie, disparos sueltos, guerra de opereta, algunos muertos, nuevas banderas, nuevos lemas y savia nueva para seguir manteniendo la esencia del sistema.
En mis andanzas callejeras nocturnas oculto el desencanto y me invade la certeza de que, en efecto, la mayoría de los cambios políticos, económicos, y sociales tienen lugar para que "todo siga igual, pese a que todo haya cambiado"
adapatación
Hank66
domingo, 29 de junio de 2014
OFERTA
Vendo cuerpo sin alma,
corazón roto
y la inteligencia agotada.
Os lo dejo barato,
veo que hay mucha oferta en el mercado.
David Luis (Gallego)
sábado, 21 de junio de 2014
S.O.S
Tal vez si hubiera preguntado dónde era el velatorio no habría acabado en aquella sala del tanatorio de Les Corts, besuqueado por desconocidas mientras los hombres se escapaban hacia la puerta para fumarse un pitillo. Sin saber cómo escapar de aquella situación, di el pésame a la viuda, una mujer hermosa, de unos cuarenta años, que me estrechó la mano con mucha entereza y sin una lágrima que pudiera estropearle el maquillaje. Después me acerqué al ataúd, ya tapado, y pude escuchar unos golpecitos tan leves que el murmullo los hacía imperceptibles.
Me volví hacia la viuda y odié haber aprendido morse en el ejército.
Jesús Esnaola Moraza
sábado, 14 de junio de 2014
TRANVIA
Por fin. La desconocida subía siempre en aquella parada. "Amplia sonrisa, caderas anchas... una madre excelente para mis hijos", pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna.
Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.
Dudó. Ella bajó.
Se sintió divorciado: "¿Y los niños, con quién van a quedarse?"
Andrea Bucconi
Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.
Dudó. Ella bajó.
Se sintió divorciado: "¿Y los niños, con quién van a quedarse?"
Andrea Bucconi
sábado, 7 de junio de 2014
UN HUMOR DE PERROS
Javier tenía un humor de perros. Después de desvelarse noche tras noche ensayando para lo que sería "la entrevista" en la empresa de sus sueños, el entrevistador le dijo "esta usted sobre calificado".
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